Hace pocos días, una conocida marca de automóviles de tipo generalista, presentó un modelo compacto en el que pueden viajar cinco adultos y dos niños con cierta comodidad. Un modelo equipado con un motor híbrido diesel-eléctrico, con potencia sobrada para mover con soltura el conjunto del coche y un consumo homologado de 3,5 lt./100 km.
Estas cifras parecen de ciencia ficción si las comparamos con consumos medios de hace solo diez años, pero convendría acotarlas con algunas consideraciones para que nuestro actual automóvil no nos parezca un mastodonte sediento, ávido de combustible. El ahorro a nivel mundial no está lejos del ahorro familiar, quizá no deberíamos alejarnos de este último para hacernos una idea exacta de lo que nos cuestan las cosas.
En primer lugar debemos saber cuánto tiempo nos va a durar el coche hasta que económicamente sea aconsejable cambiarlo. El coche más rentable es el que cumple su función satisfactoriamente, sin averías graves, con menor consumo y mantenimiento, durante más tiempo. ¿Nos garantizan la duración de las baterías del motor eléctrico durante los quince años que puede durar un motor diesel correctamente cuidado?. Cuando haya que remplazarlas, ¿Cuánto nos va a costar?. No dudamos que el futuro va en esa dirección, pero quedan algunas preguntas que contestar.
Motor Hibrido
Mientras llega el momento de que estas cuestiones se aclaren no estaría de más tomar algunas precauciones, de puro sentido común, para que nuestro actual coche consuma menos y, tan importante como esto, se desgaste menos.
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Mantener correctamente el vehículo. Presión adecuada de neumáticos, filtros limpios, frenos y amortiguación en buen estado.
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Conducir sin brusquedades, anticipando las maniobras, con suficiente distancia de seguridad, con las ventanillas cerradas, evitando acelerones y frenazos.
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Utilizar la marcha adecuada, no siempre las marchas largas son más eficientes. El motor consume más cuanto más aceleramos. Un número de revoluciones excesivamente bajo hace que el motor sufra innecesariamente y puede aumentar el consumo, por no hablar del riesgo de averías.
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Circular a una velocidad adecuada. A partir de 120 km/h el consumo se dispara, sorprende hacer el sencillo cálculo mental de cuanto tiempo ahorramos en un viaje de 300 km incrementando la velocidad en solo 20 km/h. No merece la pena.
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Tener en cuenta los desgastes en el concepto de consumo. Los frenos, los neumáticos, el embrague, también cuestan dinero y hay que añadirlos a la cuenta de resultados de nuestro vehículo.
Seguro que cualquiera podría añadir más premisas con solo reflexionar sobre el tema, invitamos a que cada conductor lo haga, pero desde Betcars destacaríamos una cuestión más:
Nada de lo que hagamos en el automóvil puede comprometer la SEGURIDAD. La nuestra y la de los que viajan por la misma vía. Circular a 70 Km/h por una autovía puede ser muy eficiente en cuanto a consumo, pero es muy poco prudente.
